El Reino de Ekrom
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El Reino de Ekrom
INTRODUCCION
El reino había caído en la corrupción. La que alguna vez fue una ciudad
modelo, lo que fue un reino ejemplar, se convertía cada día en una
tierra sombría donde los intereses personales eran lo más importante y
las ansias de poder consumían a casi todos.
Ekrom había perdido toda su belleza y parte de su magia. Los caminos que
conectaban las diferentes ciudades del reino eran ahora inseguros. Los
comerciantes eran asaltados y despojados de sus mercaderías. Las
relaciones diplomáticas con otros reinos se hacían más débiles conforme
pasaban los días. Las cartas diplomáticas no llegaban a sus destinos o
simplemente nunca eran enviadas. Fue así como se perdieron las viejas
alianzas con los reinos de Olry y Tashara.
Las puertas de Ekrom habían cumplido su tiempo útil muchos años atrás. Las
guerras habían dejado su huella a lo largo de toda la muralla que
rodeaba la ciudad. La barrera mágica, que alguna vez la protegió, no
era siquiera recordada por los ciudadanos, solo algunos viejos magos
recordaban que algún día existió y lo que sucedió el día de su
destrucción.
En las calles ya no se sentía la alegría de quienes vivian por el bien;
todo lo contrario, se percibía un odio reprimido contra todos. Nadie
recuerda cuando empezó a cambiar todo; sin embargo, recuerdan que junto
con ese odio llegó la desconfianza hacia los extranjeros, llegaron los
espías y llegaron los magos asesinos.
A lo largo de los jardines –que habían perdido su color- que se dirigen
al Castillo de Kendor deambulaban cientos de personas; cada una con una
queja o petición esperando ser oída. En el Castillo de Kendor habitaba
el último de los Cuatro Antiguos; quien, según las profecías, llevaría
a Ekrom a la gloria y la haría desaparecer tal como apareció. Sin
embargo Zeridian creía firmemente que el oráculo había cometido un
error con tal profecía. El siempre supo, dentro de si, que llevaría a
Ekrom a la ruina.
Dentro del Castillo de Kendor, en el Salón de la Sabiduría, Zeridian se reunía
con su nuevo, y quizás último, pupilo: Bongarth. Este viejo salón fue uno
de los primeros en ser construidos dentro del Castillo Kendor. En el se
contenía toda la historia de Ekrom y gran parte de la historia de
Terra. Era este un salón de estudios para los nuevos magos.
-Entonces maestro, no hay forma de salvar a Ekrom- pregunto Bondarth-. No existe una
forma de hacer que el reino sea lo que alguna vez fue?
-Para lograr eso- respondió Zeridian-, primero tendrías que conocer los inicios de Ekrom.
-Como se fundo Ekrom maestro?
-Ekrom no fue fundada- respondió Zeridian mientras revisaba un viejo libro de
un estante-. Ekrom dejó ser descubierta. Toma asiento- y diciendo esto
hizo un gesto para que Bondarth se sentara junto a él- puede que esta sea
una larga historia.
El reino había caído en la corrupción. La que alguna vez fue una ciudad
modelo, lo que fue un reino ejemplar, se convertía cada día en una
tierra sombría donde los intereses personales eran lo más importante y
las ansias de poder consumían a casi todos.
Ekrom había perdido toda su belleza y parte de su magia. Los caminos que
conectaban las diferentes ciudades del reino eran ahora inseguros. Los
comerciantes eran asaltados y despojados de sus mercaderías. Las
relaciones diplomáticas con otros reinos se hacían más débiles conforme
pasaban los días. Las cartas diplomáticas no llegaban a sus destinos o
simplemente nunca eran enviadas. Fue así como se perdieron las viejas
alianzas con los reinos de Olry y Tashara.
Las puertas de Ekrom habían cumplido su tiempo útil muchos años atrás. Las
guerras habían dejado su huella a lo largo de toda la muralla que
rodeaba la ciudad. La barrera mágica, que alguna vez la protegió, no
era siquiera recordada por los ciudadanos, solo algunos viejos magos
recordaban que algún día existió y lo que sucedió el día de su
destrucción.
En las calles ya no se sentía la alegría de quienes vivian por el bien;
todo lo contrario, se percibía un odio reprimido contra todos. Nadie
recuerda cuando empezó a cambiar todo; sin embargo, recuerdan que junto
con ese odio llegó la desconfianza hacia los extranjeros, llegaron los
espías y llegaron los magos asesinos.
A lo largo de los jardines –que habían perdido su color- que se dirigen
al Castillo de Kendor deambulaban cientos de personas; cada una con una
queja o petición esperando ser oída. En el Castillo de Kendor habitaba
el último de los Cuatro Antiguos; quien, según las profecías, llevaría
a Ekrom a la gloria y la haría desaparecer tal como apareció. Sin
embargo Zeridian creía firmemente que el oráculo había cometido un
error con tal profecía. El siempre supo, dentro de si, que llevaría a
Ekrom a la ruina.
Dentro del Castillo de Kendor, en el Salón de la Sabiduría, Zeridian se reunía
con su nuevo, y quizás último, pupilo: Bongarth. Este viejo salón fue uno
de los primeros en ser construidos dentro del Castillo Kendor. En el se
contenía toda la historia de Ekrom y gran parte de la historia de
Terra. Era este un salón de estudios para los nuevos magos.
-Entonces maestro, no hay forma de salvar a Ekrom- pregunto Bondarth-. No existe una
forma de hacer que el reino sea lo que alguna vez fue?
-Para lograr eso- respondió Zeridian-, primero tendrías que conocer los inicios de Ekrom.
-Como se fundo Ekrom maestro?
-Ekrom no fue fundada- respondió Zeridian mientras revisaba un viejo libro de
un estante-. Ekrom dejó ser descubierta. Toma asiento- y diciendo esto
hizo un gesto para que Bondarth se sentara junto a él- puede que esta sea
una larga historia.
Última edición por Zeridian el 16/6/2009, 5:24 pm, editado 1 vez
Zeridian-
Libaciones : 959
Se ubica : secreto, secreto
Humor : ingenioso
Re: El Reino de Ekrom
Capitulo I
EL Encuentro
Olry, conocida como el Reino de la Cultura, mantenía un balance entre magos y
ciudadanos, bastante parejo. Era gracias a estas personas que Olry vivía en un
constate auge cultural. Pacíficos y trabajadores, siempre habían sido así. Al
norte tenían el desierto de Aruk y más al norte el bosque de los Auros, de ir
más al norte llegaríamos a las Montañas Infranqueables. Eran a los pies de estas
montañas que cuatro caminos se encontraban.
Eran tiempos extraños en Terra. El mal se expandía por diferentes regiones y el bien
que antes reinaba era aplacado un poco más cada día. La gente aun no tenia idea
de cuan grave era el mal que esparcía su manto de oscuridad sobre
Terra.
Cuatro magos habían partido desde tierras lejanas buscando la salvación de Terra. Estos
venían de diferentes escuelas de magia y poseían poderes diferentes entre si.
Fue quizás el destino o una simple casualidad de la vida lo que unió a estos
cuatro magos a los pies de las Montañas Infranqueables.
Se detuvieron en la intersección de los caminos y se miraron fijamente sin
mencionar palabra alguna. En las miradas de cada uno se podía ver paz y calma.
Sin importar de donde vinieran, ni a que orden mágica pertenecieran, la bondad
en la mirada siempre será un idioma universal.
Uno de ellos decidió tomar la iniciativa y dio un paso adelante. Vestido con una
túnica azul, se quitó la capucha de la cabeza y miró a los otros tres magos,
pero justo en el momento en que decidió hablar el suelo se movió bajo sus pies.
Los magos levantaron la mirada a las montañas y vieron con asombro como estas se
desvanecieron como una simple ilusión ante sus ojos. Conocedores de toda la
magia, sintieron miedo por algo que parecía tan desconocido.
Ante ellos se disiparon las montañas ilusorias que dieron paso a un gran valle. Los
magos se acercaron y cruzaron lo que antes fueron las faldas de las montañas.
Habían llegado a un valle virgen que había permanecido oculto por quien sabe
cuanto tiempo en Terra. Uno de los magos miro atrás y vio la intersección del
camino que los había juntado; vio también como un jinete cruzó el camino sin
siquiera notar que ellos estaban allí.
Siguieron avanzando hasta llegar a un pequeño monte donde se podía divisar toda esa mágica
tierra. Se cubría de verde hasta donde la mirada podía llegar. Cientos de
árboles cubrían la tierra; manantiales de agua cristalina corrían creando
riachuelos por diversas partes del valle; y, lo mas importante para todo mago,
fuentes de energía mágica.
Los cuatro magos habían mantenido silencio durante todo momento, pero entre miradas
parecían conversar. Asombrados por el paisaje, habían olvidado mirar lo que
tenían más cerca de los ojos. Bajando la mirada vieron una roca en el suelo, la
cual estaba grabada con antiguas símbolos que decían "Bienvenidos grandes
maestros a su nueva casa. Bienvenidos al valle de Ekrom".
-Ekrom?- preguntó el mago vestido de azul-.
Maestros? Pero si aun soy un mago recién salido de la escuela de
magia
-Al igual que yo- le respondió otro de los magos
que vestía también con túnica, pero estas de color rojo-. Será que hemos llegado
a un lugar secreto en el cual no deberíamos estar?
-Una tierra virgen- dijo el tercero que vestía con
ropas negras-, este debe ser el ultimo lugar en toda Terra que no ha sido tocado
por nadie.
-Es lo que parece- dijo el último que a su vez
vestía de blanco-. Ekrom nos ha llamado por alguna razón a nosotros cuatro- dijo
con mucha seguridad-. Creo que deberíamos averiguar por que- y después de decir
esto se presentó a los demás-. Mi nombre es Zeridian.
-Yo soy Bongarth Du Orden- dijo el mago vestido de
azul-.
-Yo me llamo Valestar Du Avahor- dijo el de
rojo-.
-A mi me pueden llamar BlackSoul- dijo el de
negro-.
No se tomaron la molestia de explicar de donde venía cada uno, pensaban que era una
perdida de tiempo estar hablando de tantas cosas del pasado, que irónicamente no
era un pasado muy largo. Conversando pudieron entender al menos una de las
razones por las cuales sus caminos se cruzaron, tenían en mente los mismo
ideales y aun proviniendo de ordenes diferentes de magia pensaban canalizar sus
fuerzas para el mismo fin. Caminaron por unos minutos más.
-Creen que alguien más pueda llegar a este lugar?-
dijo Black mientras dirigía su mirada al lugar por donde habían
entrado-.
-No creo- respondió rápidamente Zeridian-, la
barrera mágica que oculta a Ekrom se volvió a cerrar después que
entramos.
-Hey!- interrumpió Valestar- Miren eso!-y mientras
decía esto señaló una fuente de energía mágica que estaba cerca. Alrededor de
esta giraban cuatros luces de cuatro colores: azul, roja, negra y blanca-. Creo
que es allí a donde tenemos que ir.
Sin decir más apresuraron el paso a través del valle hasta llegar a la fuente de
energía. Una vez cerca, las luces se juntaron y del resplandor emergió un
espíritu con rasgos femeninos.
-Bienvenidos maestros- y la voz cautivó los oídos de los magos con un tono dulce y melodioso. Al acercarse a los magos el espíritu adoptó una forma humana, como la más hermosa mujer que haya pisado Terra-. Soy el espíritu de Ekrom. En tiempos antiguos fui una maga de la orden natural, soy
responsable de la creación de este valle y de la barrera que lo protege. Soy yo
quien invadió sus sueños y los traje hasta aquí; sin embargo, serán ustedes los
responsables de cuidar el valle de Ekrom y defenderlo de las fuerzas oscuras que
cubren Terra nuevamente. Estoy segura que tienen muchas dudas sobre este lugar y
sobre todo lo que esta sucediendo, pero aquí estoy para ayudarlos y guiarlos-
concluyó el espíritu-; pero habrá tiempo luego para responder a todas sus dudas,
por ahora necesito que construyan un reino en este lugar.
-Un reino?- preguntó Bongarth- Un momento! Solo una
pregunta, y estoy seguro que los cuatro necesitamos esta respuesta ahora, que de
especial tenemos cuatro magos que recién han terminado la escuela de
magia?
-Los conocimientos sobre la magia es algo que nunca
se deja de aprender- explicó el espíritu-, pero ustedes tienen algo especial que
otros no tienen. Bonghart, líder entre los lideres y maestro de la magia
fantasmal, entre los cuatro serás el rostro del reino y los demás lideres
confiaran en tu sabiduría. Valestar, señor de la magia de aniquilación e,
irónicamente, gran negociador; tu capacidad para convencer a otros es única.
Zeridian, gran maestro de la orden ascendente y unificador, sin tu capacidad
para resolver conflictos internos o externos no habría estabilidad en el reino.
Por último, Black, maestro de la magia oscura, tienes la habilidad de ver dentro
de las personas, ver las almas y comprender las intenciones de los demás lo cual
será vital al reclutar magos para su causa- el espíritu guardó silencio unos
segundos, como temiendo haber dicho más de la cuenta y repitió-. Entonces
Señores de Ekrom, construirán un reino en este lugar?
EL Encuentro
Olry, conocida como el Reino de la Cultura, mantenía un balance entre magos y
ciudadanos, bastante parejo. Era gracias a estas personas que Olry vivía en un
constate auge cultural. Pacíficos y trabajadores, siempre habían sido así. Al
norte tenían el desierto de Aruk y más al norte el bosque de los Auros, de ir
más al norte llegaríamos a las Montañas Infranqueables. Eran a los pies de estas
montañas que cuatro caminos se encontraban.
Eran tiempos extraños en Terra. El mal se expandía por diferentes regiones y el bien
que antes reinaba era aplacado un poco más cada día. La gente aun no tenia idea
de cuan grave era el mal que esparcía su manto de oscuridad sobre
Terra.
Cuatro magos habían partido desde tierras lejanas buscando la salvación de Terra. Estos
venían de diferentes escuelas de magia y poseían poderes diferentes entre si.
Fue quizás el destino o una simple casualidad de la vida lo que unió a estos
cuatro magos a los pies de las Montañas Infranqueables.
Se detuvieron en la intersección de los caminos y se miraron fijamente sin
mencionar palabra alguna. En las miradas de cada uno se podía ver paz y calma.
Sin importar de donde vinieran, ni a que orden mágica pertenecieran, la bondad
en la mirada siempre será un idioma universal.
Uno de ellos decidió tomar la iniciativa y dio un paso adelante. Vestido con una
túnica azul, se quitó la capucha de la cabeza y miró a los otros tres magos,
pero justo en el momento en que decidió hablar el suelo se movió bajo sus pies.
Los magos levantaron la mirada a las montañas y vieron con asombro como estas se
desvanecieron como una simple ilusión ante sus ojos. Conocedores de toda la
magia, sintieron miedo por algo que parecía tan desconocido.
Ante ellos se disiparon las montañas ilusorias que dieron paso a un gran valle. Los
magos se acercaron y cruzaron lo que antes fueron las faldas de las montañas.
Habían llegado a un valle virgen que había permanecido oculto por quien sabe
cuanto tiempo en Terra. Uno de los magos miro atrás y vio la intersección del
camino que los había juntado; vio también como un jinete cruzó el camino sin
siquiera notar que ellos estaban allí.
Siguieron avanzando hasta llegar a un pequeño monte donde se podía divisar toda esa mágica
tierra. Se cubría de verde hasta donde la mirada podía llegar. Cientos de
árboles cubrían la tierra; manantiales de agua cristalina corrían creando
riachuelos por diversas partes del valle; y, lo mas importante para todo mago,
fuentes de energía mágica.
Los cuatro magos habían mantenido silencio durante todo momento, pero entre miradas
parecían conversar. Asombrados por el paisaje, habían olvidado mirar lo que
tenían más cerca de los ojos. Bajando la mirada vieron una roca en el suelo, la
cual estaba grabada con antiguas símbolos que decían "Bienvenidos grandes
maestros a su nueva casa. Bienvenidos al valle de Ekrom".
-Ekrom?- preguntó el mago vestido de azul-.
Maestros? Pero si aun soy un mago recién salido de la escuela de
magia
-Al igual que yo- le respondió otro de los magos
que vestía también con túnica, pero estas de color rojo-. Será que hemos llegado
a un lugar secreto en el cual no deberíamos estar?
-Una tierra virgen- dijo el tercero que vestía con
ropas negras-, este debe ser el ultimo lugar en toda Terra que no ha sido tocado
por nadie.
-Es lo que parece- dijo el último que a su vez
vestía de blanco-. Ekrom nos ha llamado por alguna razón a nosotros cuatro- dijo
con mucha seguridad-. Creo que deberíamos averiguar por que- y después de decir
esto se presentó a los demás-. Mi nombre es Zeridian.
-Yo soy Bongarth Du Orden- dijo el mago vestido de
azul-.
-Yo me llamo Valestar Du Avahor- dijo el de
rojo-.
-A mi me pueden llamar BlackSoul- dijo el de
negro-.
No se tomaron la molestia de explicar de donde venía cada uno, pensaban que era una
perdida de tiempo estar hablando de tantas cosas del pasado, que irónicamente no
era un pasado muy largo. Conversando pudieron entender al menos una de las
razones por las cuales sus caminos se cruzaron, tenían en mente los mismo
ideales y aun proviniendo de ordenes diferentes de magia pensaban canalizar sus
fuerzas para el mismo fin. Caminaron por unos minutos más.
-Creen que alguien más pueda llegar a este lugar?-
dijo Black mientras dirigía su mirada al lugar por donde habían
entrado-.
-No creo- respondió rápidamente Zeridian-, la
barrera mágica que oculta a Ekrom se volvió a cerrar después que
entramos.
-Hey!- interrumpió Valestar- Miren eso!-y mientras
decía esto señaló una fuente de energía mágica que estaba cerca. Alrededor de
esta giraban cuatros luces de cuatro colores: azul, roja, negra y blanca-. Creo
que es allí a donde tenemos que ir.
Sin decir más apresuraron el paso a través del valle hasta llegar a la fuente de
energía. Una vez cerca, las luces se juntaron y del resplandor emergió un
espíritu con rasgos femeninos.
-Bienvenidos maestros- y la voz cautivó los oídos de los magos con un tono dulce y melodioso. Al acercarse a los magos el espíritu adoptó una forma humana, como la más hermosa mujer que haya pisado Terra-. Soy el espíritu de Ekrom. En tiempos antiguos fui una maga de la orden natural, soy
responsable de la creación de este valle y de la barrera que lo protege. Soy yo
quien invadió sus sueños y los traje hasta aquí; sin embargo, serán ustedes los
responsables de cuidar el valle de Ekrom y defenderlo de las fuerzas oscuras que
cubren Terra nuevamente. Estoy segura que tienen muchas dudas sobre este lugar y
sobre todo lo que esta sucediendo, pero aquí estoy para ayudarlos y guiarlos-
concluyó el espíritu-; pero habrá tiempo luego para responder a todas sus dudas,
por ahora necesito que construyan un reino en este lugar.
-Un reino?- preguntó Bongarth- Un momento! Solo una
pregunta, y estoy seguro que los cuatro necesitamos esta respuesta ahora, que de
especial tenemos cuatro magos que recién han terminado la escuela de
magia?
-Los conocimientos sobre la magia es algo que nunca
se deja de aprender- explicó el espíritu-, pero ustedes tienen algo especial que
otros no tienen. Bonghart, líder entre los lideres y maestro de la magia
fantasmal, entre los cuatro serás el rostro del reino y los demás lideres
confiaran en tu sabiduría. Valestar, señor de la magia de aniquilación e,
irónicamente, gran negociador; tu capacidad para convencer a otros es única.
Zeridian, gran maestro de la orden ascendente y unificador, sin tu capacidad
para resolver conflictos internos o externos no habría estabilidad en el reino.
Por último, Black, maestro de la magia oscura, tienes la habilidad de ver dentro
de las personas, ver las almas y comprender las intenciones de los demás lo cual
será vital al reclutar magos para su causa- el espíritu guardó silencio unos
segundos, como temiendo haber dicho más de la cuenta y repitió-. Entonces
Señores de Ekrom, construirán un reino en este lugar?
Zeridian-
Libaciones : 959
Se ubica : secreto, secreto
Humor : ingenioso
Re: El Reino de Ekrom
Capitulo II: La construccion de un reino parte I
-Kendor!- exclamó Avahor-.
-A que te refieres, oh! gran líder de lideres?-
dijo Zeridian con un alto sentido de sarcasmo-.
-Ya te dije que olvides lo que dijo Ekrom, no creo ser un líder
- respondió Avahor algo incomodo por la broma de Zeridian-; sin embargo,
si soy un gran arquitecto y el castillo que construiremos será así-
diciendo esto le enseñó a Zeridian los planos que había dibujado para el
castillo-.
-No esta nada mal y hasta le has dibujado personas-
Zeridian no podía contenerse de bromear con Avahor, sentía que era algo
natural-.
Será mejor que vaya por Kripper y Black para ver como construimos ese
castillo- y diciendo esto se alejó en busca de los magos-.
-No se porque presiento que vamos a tener muchas
diferencias Zeridian-
le dijo Avahor, pero él ya estaba muy lejos para
escuchar-.
Al otro lado del reino Kripper y Black recorrían los
grandes valles que cubrían el futuro reino. Ekrom había hecho un buen trabajo
dejando que la magia natural se apoderará de todo el lugar. Había una basta
cantidad de animales exóticos, pero muy pocas criaturas mágicas; aunque en
algunos bosques se podían encontrar grandes grupos de ents.
Ekrom les había dicho que cerca de la cascada,
pasando el pequeño bosque rodeado de ents, encontrarían un pequeño regalo que
les serviría hasta el final de sus días. Grande fue la sorpresa al llegar al
lugar que el espíritu les había indicado. Después de cruzar el bosque unas hadas
bailaron alrededor de los dos magos y los dirigieron cerca de la cascada donde
un gran prado se extendía albergando docenas de caballos. Quedaron embelezados
mirando con que libertad corrían los caballos y como jugaban a cada segundo. Las
hadas se alejaron entonando una canción que los magos encontraron algo
irritable. Sin saber que hacer en tal lugar, esperaron por las hadas. Al
regresar, cuatro caballos blancos las seguían. Al ver los caballos, los magos no
pudieron articular sonido alguno; no era para menos al ver caballos tan
hermosos. Su pelaje era tan blanco como una nube, pero brillaba como la plata
mas fina cuando los rayos del sol caían. Tenían un paso muy elegante, el cual
los hacía destacar entre los demás. Parecían ser los reyes entre todos los
caballos.
-Estos caballos son para ustedes- dijo la melodiosa
voz del espíritu de Ekrom que los había observado todo este tiempo sin hacer el
menor ruido-. Solo puedo ofrecer lo mejor para ustedes, reyes de
Ekrom.
-Por favor, no nos llames así- dijo Black- no somos
más que unos simples magos y no creemos ser capaces de llevar un titulo más
grande que nuestros nombres.
-Así serán llamados por su futuro pueblo- respondió
el espíritu con una gran sonrisa- aunque ustedes no lo deseen, porque son
lideres de Ekrom.
-Hmm, Líderes de Ekrom- dijo Kripper- eso me gusta
más que rey- terminó riendo y Paco también-. El pueblo que crezca aquí nos
conocerá como Líderes de Ekrom y no como reyes.
-Serán entonces Los Cuatro Líderes de Ekrom y estos
son mis regalos por aceptar tan grande misión- al decir esto, el espíritu se
acercó a los caballos y estos la rodearon. Ella cerró los ojos y se arrodilló,
los caballos se tendieron alrededor de ella. Ella pronunció palabras que los
magos nunca entendieron, pero luego de eso se levantaron-. Ellos son sus amos
ahora- diciendo esto, un caballo se acercó a Black y otro, a Kripper, al ver a
los otros dos se podía ver algo de tristeza en sus ojos-.
Kripper y Black cogieron las riendas de los otros
dos caballos y fueron en busca de Avahor y Zeridian. No muy lejos de allí
encontraron a Zeridian y uno de los caballos restantes galopó con energía hacia
él. En el camino de regreso le contaron lo sucedido a Zeridian y una vez que
llegaron con Avahor sucedió lo mismo.
Una vez reunidos Los Cuatro Líderes de Ekrom, se
sentaron en un tronco caído para conversar sobre la futura construcción de el
Castillo de Kendor. Pasaron largas horas modificando los diferentes cuartos del
castillo, lugares secretos y la ubicación.
Decidieron que el centro del castillo sería el
mismo lugar donde estaban sentados y en ese mismo instante comenzarían la
construcción. Los magos se levantaron y concentraron su poder, cada uno conjuro
un enorme golem de hierro. Estas enromes criaturas de hierro median cerca de
seis metros cada una y eran capaz de levantar pesos miles de veces el suyo.
Aunque normalmente eran utilizados para defender pequeños pueblos o torres de
magos, también eran de mucha ayuda al momento de construir grandes edificaciones
como lo sería el Castillo de Kendor.
Lentamente los golem trajeron gigantes piedras
desde canteras alejadas dentro de Ekrom y empezaron a dar forma al gran
castillo. Por su lado, los magos fueron en busca de los futuros pobladores de
este reino.
Avahor, Kripper, Zeridian y Black regresaron por los
caminos que una vez los unieron en busca de seguidores para su noble causa. Con
el pasar de los días cada quien encontró en sus caminos personas de corazón puro
que no dudaron en dejar sus lugares de origen para acompañarlos.
Al regresar a Ekrom se encontraron todos y parecían
conocerse de toda la vida. Con todas sus energías, mucho empeño y unos pocos
hechizos mágicos, los nuevos pobladores de Ekrom empezaron a construir su nuevo
hogar. Empezaron a construir el Reino de Ekrom.
-Kendor!- exclamó Avahor-.
-A que te refieres, oh! gran líder de lideres?-
dijo Zeridian con un alto sentido de sarcasmo-.
-Ya te dije que olvides lo que dijo Ekrom, no creo ser un líder
- respondió Avahor algo incomodo por la broma de Zeridian-; sin embargo,
si soy un gran arquitecto y el castillo que construiremos será así-
diciendo esto le enseñó a Zeridian los planos que había dibujado para el
castillo-.
-No esta nada mal y hasta le has dibujado personas-
Zeridian no podía contenerse de bromear con Avahor, sentía que era algo
natural-.
Será mejor que vaya por Kripper y Black para ver como construimos ese
castillo- y diciendo esto se alejó en busca de los magos-.
-No se porque presiento que vamos a tener muchas
diferencias Zeridian-
le dijo Avahor, pero él ya estaba muy lejos para
escuchar-.
Al otro lado del reino Kripper y Black recorrían los
grandes valles que cubrían el futuro reino. Ekrom había hecho un buen trabajo
dejando que la magia natural se apoderará de todo el lugar. Había una basta
cantidad de animales exóticos, pero muy pocas criaturas mágicas; aunque en
algunos bosques se podían encontrar grandes grupos de ents.
Ekrom les había dicho que cerca de la cascada,
pasando el pequeño bosque rodeado de ents, encontrarían un pequeño regalo que
les serviría hasta el final de sus días. Grande fue la sorpresa al llegar al
lugar que el espíritu les había indicado. Después de cruzar el bosque unas hadas
bailaron alrededor de los dos magos y los dirigieron cerca de la cascada donde
un gran prado se extendía albergando docenas de caballos. Quedaron embelezados
mirando con que libertad corrían los caballos y como jugaban a cada segundo. Las
hadas se alejaron entonando una canción que los magos encontraron algo
irritable. Sin saber que hacer en tal lugar, esperaron por las hadas. Al
regresar, cuatro caballos blancos las seguían. Al ver los caballos, los magos no
pudieron articular sonido alguno; no era para menos al ver caballos tan
hermosos. Su pelaje era tan blanco como una nube, pero brillaba como la plata
mas fina cuando los rayos del sol caían. Tenían un paso muy elegante, el cual
los hacía destacar entre los demás. Parecían ser los reyes entre todos los
caballos.
-Estos caballos son para ustedes- dijo la melodiosa
voz del espíritu de Ekrom que los había observado todo este tiempo sin hacer el
menor ruido-. Solo puedo ofrecer lo mejor para ustedes, reyes de
Ekrom.
-Por favor, no nos llames así- dijo Black- no somos
más que unos simples magos y no creemos ser capaces de llevar un titulo más
grande que nuestros nombres.
-Así serán llamados por su futuro pueblo- respondió
el espíritu con una gran sonrisa- aunque ustedes no lo deseen, porque son
lideres de Ekrom.
-Hmm, Líderes de Ekrom- dijo Kripper- eso me gusta
más que rey- terminó riendo y Paco también-. El pueblo que crezca aquí nos
conocerá como Líderes de Ekrom y no como reyes.
-Serán entonces Los Cuatro Líderes de Ekrom y estos
son mis regalos por aceptar tan grande misión- al decir esto, el espíritu se
acercó a los caballos y estos la rodearon. Ella cerró los ojos y se arrodilló,
los caballos se tendieron alrededor de ella. Ella pronunció palabras que los
magos nunca entendieron, pero luego de eso se levantaron-. Ellos son sus amos
ahora- diciendo esto, un caballo se acercó a Black y otro, a Kripper, al ver a
los otros dos se podía ver algo de tristeza en sus ojos-.
Kripper y Black cogieron las riendas de los otros
dos caballos y fueron en busca de Avahor y Zeridian. No muy lejos de allí
encontraron a Zeridian y uno de los caballos restantes galopó con energía hacia
él. En el camino de regreso le contaron lo sucedido a Zeridian y una vez que
llegaron con Avahor sucedió lo mismo.
Una vez reunidos Los Cuatro Líderes de Ekrom, se
sentaron en un tronco caído para conversar sobre la futura construcción de el
Castillo de Kendor. Pasaron largas horas modificando los diferentes cuartos del
castillo, lugares secretos y la ubicación.
Decidieron que el centro del castillo sería el
mismo lugar donde estaban sentados y en ese mismo instante comenzarían la
construcción. Los magos se levantaron y concentraron su poder, cada uno conjuro
un enorme golem de hierro. Estas enromes criaturas de hierro median cerca de
seis metros cada una y eran capaz de levantar pesos miles de veces el suyo.
Aunque normalmente eran utilizados para defender pequeños pueblos o torres de
magos, también eran de mucha ayuda al momento de construir grandes edificaciones
como lo sería el Castillo de Kendor.
Lentamente los golem trajeron gigantes piedras
desde canteras alejadas dentro de Ekrom y empezaron a dar forma al gran
castillo. Por su lado, los magos fueron en busca de los futuros pobladores de
este reino.
Avahor, Kripper, Zeridian y Black regresaron por los
caminos que una vez los unieron en busca de seguidores para su noble causa. Con
el pasar de los días cada quien encontró en sus caminos personas de corazón puro
que no dudaron en dejar sus lugares de origen para acompañarlos.
Al regresar a Ekrom se encontraron todos y parecían
conocerse de toda la vida. Con todas sus energías, mucho empeño y unos pocos
hechizos mágicos, los nuevos pobladores de Ekrom empezaron a construir su nuevo
hogar. Empezaron a construir el Reino de Ekrom.
Zeridian-
Libaciones : 959
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